Viviana Caliva, de 33 años, "hoy se encuentra en libertad y podría volver a dar clases", denunció Mirta Acuña, madre de una de las criaturas involucradas en la situación de abuso.
Mirta Acuña, mamá de una nena
abusada, pidió por Continental la
detención de una mujer acusada por abusar de 23 niños en un jardín maternal de
Tigre. En La Mañana, enfatizó que "hoy se encuentra en libertad y podría
volver a dar clases". Acuña participó esta mañana de una conferencia
de prensa sobre el tema encabezada por la presidenta de Madres de Plaza de
Mayo, Hebe de Bonafini.
Las denuncias involucran a la maestra jardinera Viviana Caliva, de 33 años, acusada de abusar de sus alumnos de 4 años en el jardín 922 Florentino Ameghino de Don Torcuato. Según afirman los padres, los niños "fueron manoseados y fotografiados desnudos durante una suplencia de seis meses que hizo Caliva en la segunda mitad de 2010".
Las denuncias involucran a la maestra jardinera Viviana Caliva, de 33 años, acusada de abusar de sus alumnos de 4 años en el jardín 922 Florentino Ameghino de Don Torcuato. Según afirman los padres, los niños "fueron manoseados y fotografiados desnudos durante una suplencia de seis meses que hizo Caliva en la segunda mitad de 2010".
La causa se inició en abril de 2011 cuando la madre de una de las niñas que asistía al jardín de infantes presentó su denuncia en la Fiscalía de Género, Niñez y Adolescencia de Tigre a cargo de la fiscal Marcela Semería. El caso rápidamente se hizo conocido dentro de la institución y el resto de los padres comenzó a sospechar de los comportamientos extraños que habían notado en sus hijos en los últimos meses. Once de ellos decidieron entonces sumarse a la denuncia.
En agosto de ese año los chicos fueron sometidos a una Cámara Gesell (ver aparte) en la cual relataron los "juegos" que la maestra les hacía realizar durante su suplencia. Según contaron los padres, les enseñó el "juego de la balanza", donde debían ponerse desnudos uno arriba de otro para ver cuánto pesaban, y "el tobogán", donde debían deslizarse sobre sus cuerpos.
Poco después de que se hicieran las Cámaras Gesell, la justicia ordenó la detención de Caliva. A fines de 2012 se le otorgó la prisión domiciliaria pero en julio de este año volvió a ser trasladada al penal de Olmos por haber salido de su hogar. A casi tres años de los hechos, los niños todavía sufren recaídas por la situación traumática que atravesaron, relató Acuña, quien se quejó de la "falta de acompañamiento municipal", ya que muchos padres no pudieron costear un tratamiento psicológico para los nenes.
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